domingo, 12 de diciembre de 2010

Las cuatro estaciones

Venimos de la tierra, somos parte de ella, por lo tanto, estamos sujetos a sus leyes, a sus reglas.
Un día nos toca retornar a nuestros lugares donde desarrollamos nuestras vidas, no es necesariamente donde depositamos el cien por cien de nuestro cariño, pero como camaleones diferentes, adaptamos nuestro entorno. Vivimos día a día, mes tras mes, acumulando años como en una cuenta de rosario.
Por eso es tan importante detectar las cuatro estaciones en nuestra vida, en nuestro ánimo. La naturaleza, tiene un orden – aunque el ser humano, lo está cambiando -. Nosotros en nuestra vida, no lo tenemos. Descubres que pasas dos, tres inviernos juntos. Primaveras, casi siempre cortas. Otoños no son cortos, pero los deseamos más de una vez, que se repitan y el verano termina cansándonos con su tiempo seco, caluroso y agotador.
Al final, aprendes a protegerte de la lluvia, el granizo, vivir bajo el frio, porque siempre tienes la esperanza de que una gran primavera larga y florida, llegue a tu vida.
De eso se trata, aprender a vivir las cuatro estaciones de tu vida.
Aprender a morir en otoño, preparar tu mente,para afrontar uno, dos tres mil inviernos, porque una vez que una rama seca aloje una primera flor, será el preludio de una radiante primavera, corta o larga, que más da. Quiero vivirla junto a ti y si dura aunque solo sea un minuto, habrá valido la pena pasar un duro invierno. En ese mismo momento que se termine la primavera en mi vida, saltaré a tu vida y juntos iremos a la de familiares y amigos y nos reuniremos todos con la esperanza de que el invierno pase pronto y si no es así nos alegraremos de estar todos juntos, aunque sea en un duro invierno.
Joaquín Vidal –Diciembre 2010