viernes, 8 de mayo de 2015


Cuando van pasando los años, vivida y revivida una vida, vuelves a ser una niña, con todo lo que eso conlleva, principalmente que los que te rodena lo entiendan.

Has pasado años, llevando el timón no solo de tu vida, hijos, padres, tíos, primos, sobrinos, amigos, en fin de una familia extensísima, con tus alegrías y llantos y con los de todos.

Los que hemos estado bajo tu amparo, lo hemos visto, percibido, pero desgraciadamente a veces no valorado ni entendido. Ahora que han pasado los años, pasado y repasado situaciones iguales o similares a las tuyas, lo valoramos y entendemos. Como estas entre nosotros, antes de que te vayas, vamos a ser lo que creo que nos queda por hacer, convertirnos en “padres” contigo. Vuelvo a ser padre, pero con una figura más bien como abuelo, más permisivo, menos autoritario, más compresivo, compañero, amigo, comerme contigo unas nueces, que sé que te encantan, aunque no te sienten bien, o un helado a deshora, una buena comida, que veas “La copla” hasta que te quedes dormida, acompañarte por la playa, recordando tu juventud, tu niñez, aunque me lo repitas dos veces, incluso bebernos un vodka caramelizado.
Solo decirte que estoy encantado de ser padre de nuevo con mis virtudes y defectos y que te quiero, porque a lo mejor no te lo he dicho. Espero que cuando llegue mi momento todos entiendan que me convertiré en un niño. Besos mama