Cuando van pasando los años, vivida y revivida una vida,
vuelves a ser una niña, con todo lo que eso conlleva, principalmente que los
que te rodena lo entiendan.
Has pasado años, llevando el timón no solo de tu vida, hijos,
padres, tíos, primos, sobrinos, amigos, en fin de una familia extensísima, con
tus alegrías y llantos y con los de todos.
Los que hemos estado bajo tu amparo, lo hemos visto,
percibido, pero desgraciadamente a veces no valorado ni entendido. Ahora que
han pasado los años, pasado y repasado situaciones iguales o similares a
las tuyas, lo valoramos y entendemos. Como estas entre nosotros, antes de que
te vayas, vamos a ser lo que creo que nos queda por hacer, convertirnos en “padres”
contigo. Vuelvo a ser padre, pero con una figura más bien como abuelo, más
permisivo, menos autoritario, más compresivo, compañero, amigo, comerme contigo
unas nueces, que sé que te encantan, aunque no te sienten bien, o un helado a
deshora, una buena comida, que veas “La copla” hasta que te quedes dormida,
acompañarte por la playa, recordando tu juventud, tu niñez, aunque me lo
repitas dos veces, incluso bebernos un vodka caramelizado.
Solo decirte que estoy encantado de ser padre de nuevo
con mis virtudes y defectos y que te quiero, porque a lo mejor no te lo he
dicho. Espero que cuando llegue mi momento todos entiendan que me convertiré en
un niño. Besos mama