martes, 14 de septiembre de 2010

Amelia Salmeron

Amelia Salmerón

Hoy, es mi primera vez, la primera vez que salgo al mundo, de la mano de mi amigo Joaquín Vidal. Escribo en su blog, me muestro. Quiero hablar de sentimientos, de sentimientos, palabras, momentos, situaciones pasadas. Situaciones, que echo de menos, que no veo en mi entorno, en definitiva, quiero hablar del amor, del enamoramiento.
Hoy ¿quién habla de amor? ¿Realmente alguien está enamorado? Si lo está, no lo veo, ni me entero. Echo de menos ese amor duro, sufrido, que como una duermevela, dejaba mis sentimientos a flor de piel, dudando si lo quería lo suficiente, y por supuesto si él me quería, aunque fuera un poco.
Pensareis que era sufrir, pero ¿sufrir lo llamáis a desear cruzarme en la oficina con él y sentir el viento que dejaba su cuerpo al pasar junto a mí?, viajar en metro, tres, cuatro paradas más para verle perderse entre la gente sin atreverme a hablar con él. Arreglarme a toda prisa, para esperar salir con él.
Salimos en tres, cuatro ocasiones, loca de amor, sin pensar en el mañana, vivimos el presente efímero, deseando en ese momento que fuera eterno. Nos despedimos, yo, con un hasta mañana, él en su corazón, con un hasta nunca.
Enamorada “hasta las trancas”, que me ha gustado siempre esa expresión. Hoy no estoy con él. Su hasta nunca, fue verdadero.
Hoy sigo echando de menos el amor verdadero, no lo veo.

Amelia Salmerón
Sept 2010

sábado, 4 de septiembre de 2010

A Paola

Veintisiete años querían llegar a tu vida, con ruidos pasados de tormentas, tempestades y huracanes.

Veintisiete años han llegado a tu vida con sonidos de bosques florecidos, arroyos, dulces y frescos y amaneceres limpios.

Veintisiete millones de lágrimas de dolor y alegría he derramado al verte crecer día a día, porque de todo hay en la vida.

Veintisiete veces deseo escuchar tu nombre.

Veintisiete mil por veintisiete mil minutos pienso en ti.

Veintisiete piedras preciosas rodean tu corazón.

Veintisiete razones tengo para quererte.

No sé cuantas veces veintisiete, deseo verte feliz.

Esos veintisiete deseos, son los momentos en que pienso que tengas a tu hijo, y los dos os encontréis sanos, desde el primer momento que el aire penetre en sus pulmones y tú con lagrimas en los ojos, lo abraces y pienses por un momento que todo, todo lo que has conseguido es gracias a ti.