Siempre
en domingo, vivir no solo es eso.
Cuando miles de lunas han acompañado mis noches, los casi
miles de amaneceres, han dado paso a días no siempre esperados ni siempre
deseados, cuando entre millones de otros momentos, he esperado el ocaso, en esos
otros momentos; he aprendido a no vivir siempre en domingo. He aprendido que
vivir no solo es eso.
Siempre
en domingo, vivir no solo es eso.
Cuando
he buscado miles de bastones en los que apoyarme, cientos de hombros en los que
llorar, manos amigas en las que confiar, cuando el estruendo de palabras
necias, semejantes a rayos y truenos han
encogido mi alma, cuando he dicho adiós en cientos de estaciones, cuando por
primera vez he salido de casa con el
corazón metido en una maleta, en ese momento; he aprendido a no vivir siempre
en domingo. He aprendido que vivir no solo es eso.
Siempre
en domingo, vivir no solo es eso.
Cuando
he oído cientos de veces el aire salir de tus pulmones mientras duermes, soñado
millones de veces que estas a mi lado, que la distancia que me separa de ti es
como de la Tierra al Sol y deseado en silencio verte cada mañana, y no podía
ser, en ese momento; he aprendido a no vivir siempre en domingo. He aprendido
que vivir no solo es eso.
Joaquín Vidal
Abril 2005
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