martes, 7 de agosto de 2012

Mi vida, una gran mentira

De cuerpo presente, con cuatro cirios flanqueando el catafalco, descansaba el finado. Su vida, no os quiero engañar, su nacimiento, su vida y ahora su muerte, ha sido una gran mentira.

Nació en un hospital y por vergüenza, su madre, madre soltera, en tiempos oscuros, mintió al poner el nombre del padre al que no conoció. Creció entre carteristas, putas y ladrones y por la noche, vestido de punta en blanco, seducía con mentiras a mujeres ricas para vaciarles los bolsillos.

Dejó varios embarazos por el camino y pasó largas temporadas en la cárcel, una vez fuera, presumía de haber realizado fantásticos viajes por todo el mundo.
Pasados los años, cuando su cuerpo buscaba la tierra, se engañaba, soñando con grandes golpes y tesoros fabulosos.

Murió, planeando su gran mentira, engañar a la muerte, cosa que hasta el más tonto sabe que a “La Parca” no hay quien la engañe.

Joaquín Vidal 8/2012

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